El TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad/impulsividad (American Psychiatric Association, 2014).

 

Pese a ser un trastorno más diagnosticado en la infancia y la adolescencia, el estudio de Ayano y cols. (2023) pone de manifiesto que también afecta a un porcentaje adulto, en concreto a un 3,1% a nivel mundial, lo que implica una estimación de alrededor de 310 millones de personas. Sin tener en cuenta, por supuesto, a todos aquellos que han pasado gran parte de su vida sin ser conscientes de esta problemática, normalizando todas sus dificultades.

 

Todas esas dificultades, no solo se traducen en el malestar personal, si no que trasciende a nivel social, laboral y profesional (Tapullima y Marín, 2024). Por esto, es crucial ser plenamente consciente de toda la sintomatología que rodea al TDAH para aprender herramientas y a convivir con él de una forma sana y adaptativa.

 

Desde el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) y desde la clasificación internacional de las enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales dificultades que presentan los adultos con esta problemática son:

1.  Problemas para mantener la concentración.

     Perder fácilmente la atención.

      Dificultad para escuchar a otras personas en una conversación.

      No completar tareas o proyectos saltando de una cosa a otra.

 

2.  Hiperconcentración.

      Estar tan concentrado en algo que se es incapaz de percibir el tiempo y otros estímulos alrededor.

 

3.  Desorganización.

    Dificultades para organizar y planificar tareas.

      Sensación de no conseguir objetivos.

      Carencia de autodisciplina.

 

4.  Escasa gestión del tiempo.

     Dificultades para administrar las horas de llegada/salida.

      Aplazar tareas.

      Llegar tarde a sitios.

 

5.  Falta de memoria.

      Escasa memoria a corto plazo (olvidos recurrentes).

 

6.  Hiperactividad.

      Inquietud extrema.

     Alto nivel de nerviosismo.

      Baja tolerancia a la frustración.

      Impaciencia.

7.  Impulsividad.

     Acciones apresuradas, instantáneas, sin reflexión.

 

      Interrumpir a los demás durante conversaciones.

  1.  
  1. Consecuencias
    • Síntomas
    • Ansiedad
    • Estrés mantenido en el tiempo
    • Baja Autoestima
    • Alto nivel de frustración.
    • Falta de motivación.

 

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